Aislamiento térmico de la techumbre

Aislamiento térmico de la techumbre

En esta serie de artículos comentaremos sobre las diferentes estrategias de diseño para el aislamiento térmico de diferentes componentes de una construcción. Nuestro propósito es entregar sugerencias simples para resolver un problema fundamental de los espacios habitables.

 

En el artículo anterior nos referimos a las formas en que la energía calórica se mueve, esto es desde mayor temperatura a menor temperatura. Este es un concepto clave pues nos hace entender por ejemplo que el frío no «entra» a una casa sino que es el calor que escapa.

Vamos ahora a la techumbre, que es la zona más expuesta a la ganancia de calor en el verano (desde el exterior al interior) y a la pérdida de calor en invierno (desde el interior al exterior).

En verano

Si tenemos claro que en el verano debemos impedir que la techumbre aumente de temperatura para no transferirla al interior de la casa, entonces tenemos el 90% del problema resuelto. Vamos a un ejemplo cotidiano: si nosotros tenemos calor, nos ubicamos donde haya una corriente de aire, o la creamos con un abanico por ejemplo. Lo mismo debemos hacer con la techumbre y esto es entonces un problema de diseño arquitectónico.

Independiente que incorporar aislamiento térmico como lana mineral y superficies refractantes, es imprescindible diseñar la construcción de tal manera para permitir que el aire fluya por dentro de la techumbre y escape al exterior. Esa es la clave para el buen funcionamiento del aislamiento térmico en el verano.

En invierno

En invierno el problema es incorporar un sistema de zonas de aire estanco (inmóvil) que permita que el aire del interior de la casa no escape al exterior. Esto se logra colocando una capa de aislación térmica (lana mineral u otro) adyacente a la superficie del cielo del espacio a proteger y no adyacente al techo. Nuevamente es una decisión de diseño arquitectónico.

En términos generales, podemos decir que el aislamiento térmico se trata de incorporar celdas de aire estanco del espesor suficiente para el clima donde  se ubica la casa. De la misma manera que si hace mas frío usamos una chaqueta más gruesa y viceversa. Pero también se trata de saber dónde ubicamos esas capas de aire. Las «primeras capas» que usan los deportistas van pegadas a la piel y son mucho más efectivas que una muy buena chaqueta pero de talla demasiado grande.

Un arquitecto podrá ayudarnos a resolver estos temas, sin embargo es importante que como propietarios sepamos de modo general qué es lo que debemos resolver y cómo debemos hacerlo

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